jueves, 10 de marzo de 2011

CAÍN Y ABEL DAVIES


El rock puede resultar a veces fraternal, otras en cambio, fratricida. La competencia entre hermanos adquiere nuevas dimensiones cuando de por medio se interpone el ego y la gloria. Por eso los hay que recurren a todo tipo de artimañas con tal de llevarse el mayor número de aplausos, como si estuvieran peleando por el cariño de su madre. The Kinks, la banda liderada por Ray y Dave Davies, es un claro ejemplo de hasta dónde pueden llegar el apetito insaciable de los celos. Incluso cuando se trata de hablar bien el uno del otro, lo único que sale de sus bocas son elogios envenenados.
Solo así se puede leer en entre líneas a lo que Ray Davies se refería cuando afirmaba <>. No en vano, a pesar de que Ray compusiera la mayoría de éxitos de la banda, fue Dave el que dio con el riff de You Really Got Me que los terminaría catapultando a la fama. Una salvaje sucesión de acordes que para su tiempo, 1964 (un año antes del Rubber Soul de los Beatles, dos antes del Aftermath de los Rolling Stones, uno antes de My Generation de The Who), resultaba demasiado adelantada.
Eso explica en parte porque la música de los Kinks está pasando en estos momentos por un nuevo renacer, con las nuevas generaciones descubriendo canciones como Lola, Waterloo Sunset, A Well Respected Man, Stragers y This Time Tomorow. Las cuales por cierto, Ray ha vuelto a grabar junto a otros artistas de talla internacional entre los que se encuentran Springsteen, Bon Jovi, Billy Corgan o Metallica. Lo curioso es que el título de este álbum recopilatorio es See My Friends, una ironía teniendo en cuenta que dentro de su concepto de amistad no entra una de las primeras personas con la que compartió techo: su hermano.
Los problemas entre Ray y Dave vienen de antaño y lo peor es que con el tiempo han ido escalando. Hasta el punto en el que Dave ya ni siquiera habla con su hermano, al que califica de persona enferma, más allá del trastorno bipolar que le diagnosticaron. Según el menor de los Davies, ni la fama, ni el dinero han hecho que su hermano Ray se olvide de su principal objetivo: humillarlo y torturarlo. En ese orden. La lista de episodios que demuestran esta teoría es larga. Una vez, después de que Dave sufriera un infarto, Ray llegó hasta a fingir estar enfermo, con tal de que su hermano no se llevara toda la atención.
Claro que el episodio que más trascendió ocurrió en el aniversario número 50 de Dave. Cuando a Ray no se le ocurrió otra mejor idea que aplastarle la torta de cumpleaños a su hermano. Un insulto doble, no solo por haber aguado la fiesta, sino porque Ray se había ofrecido a pagar los gastos del convite. No por buena gente, más bien porque él tenía el dinero y su hermano no. Considerando que las regalías de los temas de la banda pertenecen solo a Ray. Desde entonces, cualquier esperanza de reunión de los Kinks se ha evaporado. Dave preferiría no ver ni un solo centavo de lo que representaría una posible gira, antes de prestarse a ser objeto de las vejaciones de su hermano. O al menos tendría que pensárselo mucho. Por en cuestiones de dinero no hay nada que se interponga, ni siquiera la familia.


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